Winston Churchill |
Por: Yonel Trebejo Bustamante
Winston Churchill, político y
estadista británico, autor de la célebre frase: “Nunca llegarás a tu destino si
te detienes a arrojar piedras a cada perro que te ladre", cuando fue nombrado
primer ministro, pronunció otra conmovedora arenga en la que afirmó no poder
ofrecer más que "sangre, sudor y lágrimas" a sus conciudadanos.
El pueblo británico aceptó
el reto y convirtió la terrible frase en un verdadero lema popular durante
cinco años, y su contribución a la victoria en la II Guerra Mundial iba a ser
decisiva. Con sus dotes de estadista y estratega militar, consiguió mantener la
moral en el interior y en el exterior mediante sus discursos, ejerciendo una
influencia casi hipnótica en todos los británicos.
Winston Churchill, a lo
largo de su brillante carrera, fue un hombre admirado y odiado por sus retractares, lo que en
ocasiones se convirtió en una pesada carga para sus compatriotas.
En el caso peruano, la
frase: “Nunca llegarás a tu destino si te detienes a arrojar piedras a cada
perro que te ladre", cobra vigencia en la coyuntura electoral. Los candidatos
en su afán de llegar al poder regional y municipal han tomado las redes
sociales para agazaparse en la sombra y lanzar una campaña infame, anónima y difamatoria
contra sus contrincantes, olvidándose de sus propios planes y programas de gobierno.
Los candidatos de la aventura, de las malas artes y del juego sucio, han tomado caminos peligrosos en la escalada a la cima. No han aprendido la lección, les encanta hacerse el harakiri.
En efecto, el maquiavelismo político, del “fin justica los
medios”, cuando cae en manos oscuras, lejos de beneficiar terminará afectando sus
propios intereses
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